Toda novedad no es sino un olvido.


El tabaco es un calmante para las afecciones morales lo mismo que para algunas de las físicas.  El tabaco quita, narcotizando dulce y suavemente el cerebro, el ardor de la lucha.  Se oyen grandes disputas entre jugadores y bebedores; pero entre los que fuman se ve que a pocas vueltas se convienen en principios o que todos los principios se vuelven humo