Toda novedad no es sino un olvido.


Al entrar no más, encontraron un camino de hormigas de a cuarta de ancho, y a otros pasos el esqueleto de un naranjo.
—¡Qué fuerza de destrucción! exclamó juntando las manos, con el más compasivo ademán.  Hace dos días que este naranjo ostentaba en sus hojas y flores más vida que una muchacha de quince,  Lo que es la unión, el plan y la constancia.
—¡Ojalá que esos bicho no fueran tan constantes!