Toda novedad no es sino un olvido.


Acaso la nada sea la única verdad y no exista nuestro ensueño; pero entonces esas frases musicales, esas nociones que en relación a la nada existen, tampoco tendrán realidad.  Pereceremos; pero nos llevamos en rehenes esas divinas cautivas, que correrán nuestra fortuna.  Y la muerte con ellas parece menos amarga, menos sin gloria, quizá menos probable.