Toda novedad no es sino un olvido.


¿Terror?...¿Terror de qué? [...]; terror de la multitud que se mueve ávida en busca de pacer y de oro [...]; terror de sentirme vivir, de pensar que puedo morirme, y en esas horas de rerror, frases estúpidas que me suenan dentro del cerebro cansado: "¿y si hubiera Dios?... Los pobres hombres están solos sobre la tierra". ―José Presunción Silva