Toda novedad no es sino un olvido.


Y desde hace tantos siglos que podemos observar nuestros animales nacer, penar y cascar ante nosotros, sin que se les haya ocurrido, tampoco a ellos, nada extraordinario nunca, salvo reanudar sin cesar el mismo fracaso insípido donde tantos otros animales lo habían dejado. Sin embargo, deberíamos haber comprendido lo que ocurría. Oleadas incesantes de seres inútiles vienen desde el fondo de los tiempos a morir sin cesar antes nosotros y, sin embargo, seguimos ahí, esperando cosas… Ni siquiera para pensar la muerte servimos. —Louis-Ferdinand Céline