Toda novedad no es sino un olvido.


En el quiosco, los periódicos de la mañana cuelgan deformados y un poco amarillos ya, formidable alcachofa de noticias ya casi rancia. Un perro se mea, rápido, encima; la vendedora dormita. / Un autobús vacío corre hacia su cochera. Las ideas también acaban teniendo su domingo, te sientes más atontado aún que de costumbre. Estás ahí, vacío. Dan ganas de charlar. Estás contento. No tiene nada de que hablar, porque en el fondo no te sucede nada, eres demasiado pobre. ¿Habrás asqueado a la existencia? Sería normal. —Louis-Ferdinand Céline